domingo, 4 de abril de 2010

¿Aztecanizados?

Ya han pasado casi 500 años de que la civilización azteca fue “destruida”, para que llegaran a asentarse los conquistadores, pero a pesar de eso, no podemos negar que son nuestros antepasados y como tales nos han dejado una gran herencia cultural, que es imposible borrar a pesar del tiempo, y de los esfuerzos para que nos olvidemos de nuestras raíces indígenas.Tal vez no nos demos cuenta, pero aún en la actualidad, conservamos (claro un poco modificadas) muchas costumbres y gustos de nuestros antepasados aztecas, y aquí vamos a presentar algunas.


La más notoria de todas, y la más presente de todas es nuestra fe en la religión, nuestra exagerada (a veces) devoción. La fe de los mexicanos mueve montañas, al igual que en la antigüedad. Tal vez no creamos en los dioses aztecas, pero si tenemos muy arraigada la religión católica, como la tenían nuestros antepasados con sus dioses. A la mayoría desde pequeños nos enseñan que debemos creer en Dios, e ir a la iglesia, las fiestas patronales en los pueblos son motivo de alegría y reunión de toda la población; y aquí en la Ciudad no se diga cuando es 12 de Diciembre y todos vamos a la basílica a festejar a la Virgen. Muchos de nuestros valores están basados en la religión, como los antiguos aztecas, y no hay quien no tenga en su asa la imagen de un santito para rezarle cada vez que tiene problemas.

Otra costumbre que heredamos de la antigua civilización fue la del matrimonio. Para ellos el matrimonio era la base de la familia, para que uno se pudiera casar tenía que hacer todo un ritual, y los novios se prometían apoyo mutuo, y al final tod0o acababa con un festejo donde se bailaba y regalos para los novios. Esto es muy parecido a lo que ahora sucede en las bodas; primero es la misa, que equivaldría al ritual, donde los novios prometen amarse, respetarse y apoyarse hasta la muerte, y ya después sigue la pachanga y los regalos, en donde llevan un grupo musical y todos bailan solo que en lugar del pulque de los aztecas, ahora es una rica cerveza o un buen tequila. Pero el significado del matrimonio sigue siendo le mismo, l base de la educación de los hijos, y de la familia, en enlace solemne y sagrado, que debe durar para toda la vida, aunque ahora con el divorcio tal vez no se pueda decir lo mismo.

La educación es otra clara costumbre que en la actualidad tiene algunos tintes aztecas. Primero se iniciaba en la casa, los papás enseñaban a los niños tareas como cargar leña y a las niñas a barrer o a bordar, desde los cuatro años, y si no les obedecían, los castigaban severamente. Después los niños asistían al Calmecac, si eran de lato grado social, en donde los educaban para ser sacerdotes, o al Telchpolcalli, si eran de bajo grado social, donde se educaban para ser guerreros o ejercer otro oficio. Esto se puede comparar en la actualidad con la educación familiar que los niños reciben en la casa, desde pequeños se les enseñan los valores más importantes, y claro también hay reprendas para los que no obedecen, no tan severas, pero si fuertes regaños y uno que otro golpe. Después los niños entran a la escuela, donde comienzan a enseñarles conocimientos más exactos y al final, les enseñan una profesión que ejercerán toda su vida.

Hay muchas más similitudes como las fiestas patronales, que en la época de los aztecas se festejaban, con música y danza al igual que hoy, claro, la música ha cambiado mucho, pero en esencia son muy similares o la afición por el juego de pelota de los aztecas, que ahora se ha transformado en afición desmedida por el futbol, y aunque en este último deporte no hay tanta sangre como en el Tachtli o juego de pelota, también tiene sus cosas violentas. O el gusto por ese líquido sagrado, que es la sangre, que si bien no es tan exagerado como en los aztecas, también lo tenemos, ¿Si no por que son tan solicitados periódicos como “La prensa” en donde nos muestran, personas muertas y sangre por todos lados?

En conclusión, estas son unas pocas, de las tantas que hay, similitudes con el pueblo aztecas, tal vez no nos damos cuenta pero todavía esta muy impregnada en nuestra sangre esa cultura, y lo estará por muchos años más, ya que son nuestras raíces. ¿Creen que haya más similitudes en la actualidad con esta cultura? Comenten. Su opinión es importante.

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